Este 21 de mayo se conmemora el “Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo”, una fecha proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 2001 con el objetivo de promover la comprensión mutua entre culturas y fomentar el respeto por la diversidad como pilar fundamental para la paz y el desarrollo sostenible. Desde su proclamación, esta jornada ha inspirado numerosas acciones en todo el mundo: foros internacionales, exposiciones culturales, acuerdos intergubernamentales, promulgación de leyes y campañas de sensibilización. Todas ellas apuntan a un mismo objetivo: reconocer y valorar la riqueza de las culturas que conforman la humanidad.
La Organización de las Naciones Unidas considera que muchos de los conflictos actuales tienen raíces en la incomprensión y el rechazo de las diferencias culturales, por ello, propuso dedicar esta fecha a la reflexión en torno a los elementos que construyen la identidad de los pueblos: lengua, tradiciones, costumbres y expresiones culturales.
Promover el diálogo entre culturas no solo fortalece la cohesión social, sino que también contribuye al desarrollo económico y humano, al enriquecer las sociedades en los planos intelectual, afectivo, moral y espiritual.
La Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural, adoptada por la UNESCO, proporciona una serie de orientaciones generales para que los Estados miembros, en colaboración con el sector privado y la sociedad civil, implementen políticas públicas innovadoras.
Entre los principales objetivos de esta declaración destacan:
- Profundizar el debate internacional sobre diversidad y desarrollo
- Salvaguardar el patrimonio lingüístico y cultural
- Fomentar la educación intercultural y el plurilingüismo
- Promover el acceso equitativo a las tecnologías de la información
- Estimular la producción cultural en medios y plataformas digitales
- Proteger los conocimientos tradicionales y los derechos culturales
- Apoyar la creación y sostenibilidad de industrias culturales en países en desarrollo
La UNESCO subraya que la diversidad cultural debe ser entendida como una “riqueza común de la humanidad”, capaz de humanizar los efectos de la globalización y generar sociedades más justas, democráticas y creativas. Conmemoraciones como esta buscan movilizar a gobiernos, organizaciones, empresas, instituciones educativas y ciudadanía en general para que la diversidad cultural no solo se tolere, sino que se celebre, se respete y se proteja.
En un mundo cada vez más interconectado, reconocer y valorar las diferencias culturales no es solo un deber moral, sino una necesidad urgente para construir un futuro inclusivo, equitativo y en paz.