La Fiscalía de Estados Unidos en Nueva York ha decidido retirar los cargos por narcotráfico contra Ovidio Guzmán López, alias El Ratón, hijo del exlíder del Cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán. La medida se produce días antes de que el acusado admita su culpabilidad en un tribunal de Chicago, Illinois, por delitos vinculados al tráfico de drogas.
En un documento firmado por el propio Guzmán López, este reconoce:
“Yo, Ovidio Guzmán López, acusado, he sido informado que una acusación está pendiente en mi contra en la causa mencionada antes, deseo declararme culpable de la ofensa presentada en mi contra para permitir la disposición de la causa en el Distrito Norte de Illinois, en el cual estoy detenido, y renunció a un juicio en el distrito antes mencionado”.
Originalmente, en 2023, el heredero de Los Chapitos —brazo sucesor del Cártel de Sinaloa— fue imputado en Nueva York por crimen organizado, distribución de fentanilo, portación de armas y lavado de dinero. Sin embargo, el próximo 9 de julio, en la Corte del Distrito Norte de Illinois, se espera que acepte uno o varios cargos tras meses de negociaciones con el gobierno estadounidense. Como parte del proceso, sus familiares recibieron permisos excepcionales para ingresar a EE.UU. bajo medidas de protección.
En Chicago, Guzmán López enfrenta cinco acusaciones: narcotráfico, asociación delictuosa, lavado de activos y uso de armas. Su declaración de culpabilidad podría allanar el camino para un acuerdo de cooperación, lo que reduciría su condena y le otorgaría beneficios penitenciarios.
Seis días después, el 15 de julio, su hermano Joaquín Guzmán, El Güero —también procesado en el mismo caso— comparecerá ante el tribunal para revisar avances en su situación. Al igual que Ovidio, ha explorado la posibilidad de un pacto con las autoridades; de hecho, se le atribuye haber facilitado la entrega de Ismael Zambada García a EE.UU.
De Culiacán a la extradición
La desestimación de los cargos en Nueva York marca un giro en el intrincado proceso judicial de Ovidio Guzmán, detenido por segunda vez en enero de 2023 en Jesús María, Culiacán. Su arresto, ejecutado por las Fuerzas Armadas mexicanas, desató una ola de violencia en Sinaloa antes de ser recluido en el penal de El Altiplano. Desde allí, libró una batalla legal para evitar su extradición, la cual culminó el 15 de septiembre de 2023, cuando fue trasladado a Estados Unidos.
Tres días después, el 18 de septiembre, se presentó ante un juez en Illinois, donde se le imputaron delitos como tráfico de drogas, conspiración, lavado de dinero y posesión de armas. En esa ocasión, se declaró no culpable.
El precedente del Culiacanazo
Antes de su captura definitiva, Guzmán López ya había eludido a las autoridades. El 17 de octubre de 2019, durante el fallido operativo conocido como Culiacanazo, fue aprehendido brevemente por militares, pero la violenta reacción del Cártel de Sinaloa forzó su liberación por orden del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Tras su extradición, Ovidio y su abogado, Jeffrey Lichtman, iniciaron conversaciones con la Fiscalía estadounidense para evitar un juicio. Las negociaciones avanzaron en 2024, cuando su nombre desapareció temporalmente del registro del Buró Federal de Prisiones (BOP), alimentando rumores sobre su colaboración con las autoridades. No obstante, la entonces secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, aclaró que solo se trató de un ajuste en su medida cautelar.
El acuerdo final se concretó en mayo de 2025, cuando la jueza Sharon Johnson Coleman suspendió la audiencia del 12 de mayo al confirmarse el pacto. La próxima comparecencia, programada para el 9 de julio, sellará oficialmente su declaración de culpabilidad.