Culiacán, Sinaloa; 21 de agosto de 2025.- Piensa en los años 90’s o incluso en los principios de los “dosmiles”… ¿cómo era la imagen de la mujer femme, la exitosa, la fashionista?, sin duda el común denominador de todas ellas eran los tacones.
Y no solo porque esa pieza te otorga una postura que resalta las curvas, no, no. Los tacones solían ser una pieza que a pesar de no ser de marcas costosas o de lujo brindaban un cierto status. Porque la mujer “entaconada” solía ser sinónimo de empoderamiento.
Pero la realidad actual nos dicta otros estándares, otras formas y otras visiones; las nuevas generaciones han mostrado que un outfit más relajado es también el estilo desde un trabajador de la administración pública hasta un alto ejecutivo y, bajo esta perspectiva, los tacones aunque presentes aún, se han ido desvaneciendo del gusto popular.
Y entonces… ¿qué impacto ha tenido esto en una de las industrias más poderosas desde tiempos inmemoriales?. Sí, me refiero a la industria de la moda, esa que queramos o no, consumimos todos los días. Porque aunque no te interese el saber qué está en tendencia o qué colores van mejor con cuáles, déjame decirte “queride” que esa playera que traes puesta, ese pantalón que decidiste elegir hoy, también representa una ganancia para este millonario monstruo fashionista.
Dicho esto, resulta que ahora esas marcas a las que muchas personas aspiran como Loboutin (sí, la de las suelas rojas), YSL, Balenciaga y hasta Alexander McQueen ahora le hacen la competencia a Adidas, Sketchers, Nike y todas las marcas deportivas porque lo de hoy es andar un poquito más “chill” y menos rebuscado en el vestir.
¿Pérdidas? ¡pero por supuesto!, y no lo digo yo, lo dicen los números:
Nike es el indiscutible millonario de calzado deportivo con ventas de US$28.000 millones si nos remontamos al 2021; le sigue Adidas con US$13.700 millones y es ahí en donde las marcas de lujo, a pesar de los diseños y propuestas, no han logrado desplazar a estos grandes.
Y esto ha bajado a marcas accesibles, que también han debido de adaptarse a este nuevo estilo de vida y esto es de renovarse o morir; esta frase parece ser mucho más seria de lo que podría pensarse, porque esos días de pies lastimados porque tienes que ir de vestir a trabajar se mantiene solo para algunos, para los que les gusta y no a quienes se les impone.
¿Tú qué prefieres?