
Al analizar las pandemias de influenza más importantes en el pasado, que representan “el mejor modelo comparativo” por tener similitudes con el covid-19, y teniendo en cuenta que aún no conocemos la duración de la inmunidad a la infección y que la situación podría verse alterada por la aparición de una vacuna, los científicos destacan tres principales escenarios del desarrollo de la pandemia.
Escenario 1: La primera ola de COVID-19 en la primavera de 2020 es seguida por una serie de olas repetitivas más pequeñas durante el verano y luego, de manera consistente, durante un período de entre uno y dos años, disminuyendo gradualmente en algún momento de 2021. Dependiendo de la altura de los picos de las olas, se podría requerir la restitución periódica y la posterior relajación de las medidas restrictivas en los próximos uno o dos años.
Escenario 2: La primera ola es seguida por una más grande, en el otoño o invierno de 2020, y por una o más olas subsiguientes más pequeñas en 2021. Este escenario, similar a lo que ocurrió con la pandemia de 1918-19, requerirá la restitución de las medidas de mitigación en el otoño para intentar reducir la propagación del COVID-19 y evitar que los sistemas de salud se vean abrumados.
Escenario 3: La primera ola es seguida por una “combustión lenta” de transmisión y registro de casos, pero sin un patrón de onda claro. Este tercer escenario, probablemente, no requeriría la restitución de las medidas restrictivas, aunque los casos y las muertes seguirían registrándose
En cualquiera de estos casos, “debemos estar preparados para al menos otros 18 a 24 meses de actividad significativa de COVID-19, con puntos críticos que aparezcan periódicamente en diversas áreas geográficas”, insisten los científicos, concluyendo que, a medida que la pandemia disminuya, es probable que el SARS-CoV-2 continúe circulando entre la población humana y “se sincronice con un patrón estacional con una gravedad disminuida con el tiempo”.
Fuente: Sin embargo