La fuerte sequía que afecta a Sinaloa y al país no se va a resolver con una buena temporada de lluvias por el alto déficit que se arrastra por décadas, urge cambiar paradigmas, tomar en cuenta a la ciencia y sus aplicaciones, lograr un eficiente uso del agua y trabajar con base en un plan de corto, mediano y largo plazo con todos los componentes que se requieran.
Estas expresiones fueron vertidas este lunes en el Foro “Situación hídrica en Sinaloa” que organizó el Congreso de Estado a través de la Comisión de Ecología y Desarrollo Sustentable, que preside el diputado Jorge Antonio González Flores, y que fue inaugurado por la diputada María Teresa Guerra Ochoa, presidenta de la Junta de Coordinación Política.
El diputado Jorge Antonio González advirtió que la gravedad de la sequía se observa en el bajo nivel de almacenamiento de las presas, que en general es de un 6.6 por ciento, además que seis de éstas ya están cerradas por la falta de agua.
Desde el Congreso del Estado, al margen de militancias en partidos políticos, sin colores ni ideologías, se tiene la responsabilidad constitucional, formal y oral, de asumir el compromiso y unirnos en esta causa común para hacerle frente a la crisis hídrica, dijo.
La diputada María Teresa Guerra Ochoa coincidió en que la sequía implica una crisis que debe comprometer a todos y todas con una visión del presente y del futuro para responder con responsabilidad y visión de largo plazo, pues ya no se puede seguir con evasivas ante una situación tan compleja.
La ponente Sandra Guido, directora ejecutiva de la Asociación Conselva, Costas y Comunidades, advirtió que Sinaloa registra la peor sequía de las últimas décadas, y aseguró que esto va a continuar.
Dijo que ya se tiene un nuevo clima cuyo desafió es pensar a largo plazo porque es previsible que habrá varios años sin lluvias.
Se observa, dijo, que se están realizando acciones para atender los efectos, como la perforación de pozos para extraer agua, pero ello no resuelve el problema, sino que lo agrava porque se sobreexplota el acuífero superficial y además éste se saliniza.
Como medidas urgentes propuso proteger y restaurar las zonas de provisión de agua, tener un manejo eficiente del agua en actividades agropecuarias, alcanzar una administración eficiente y sustentable de este recurso en las ciudades y establecer mecanismos financieros novedosos que involucren a usuarios y gobiernos.
Bárbara Apodaca, directora de la Sociedad Botánica y Zoológica de Sinaloa, expuso lo que se hace en el Jardín Botánico y Parque Ecológico de Culiacán para mantenerlo como área verde y el uso de especies vegetales propias de la región.
Propuso que en las áreas verdes de las zonas urbanas se planten especies nativas que no solo ahorran agua, sino que además generan un sentido de pertenencia.
Cristina Ibarra, presidenta de la Federación de Colegios Economistas de la República Mexicana, advirtió que el impacto negativo de la sequía ya se observa en lo económico, por la reducción de las superficies de siembre así como en una menor inversión para hacer producir la tierra, lo que genera menos empleos.
Si en 2020 el 65 por ciento de las unidades de producción reportaba algún problema por la escasez de agua, ahora debe ser mucho mayor, dijo.
Sin embargo, consideró que se debe invertir más en la operación de los distritos de riego para hacerlos más eficientes en el manejo del agua.
Por su parte, el Dr. Carlos Karam Quiñones, titular de la Coordinación General para el Fomento a la Investigación Científica e Innovación del Estado de Sinaloa (CONFÍE), coincidió en que las presas tienen un mínimo histórico de agua almacenada y que los mantos freáticos están sobreexplotados.
Precisó que la crisis hídrica es acumulativa, de modo que por más que llueva, se arrastra un pasivo y es más difícil recuperarse plenamente a como se estaba hace una o dos décadas.
Propuso hacer un mayor uso de la tecnología y la innovación, que son factor y alternativas para resolver problemas.
Como CONFÍE, dijo que se impulsó la creación de un Consejo Científico del Agua, a cuyo interior se formaron seis comisiones para buscar soluciones de corto, mediano y largo plazo, pero reconoció que ha faltado más coordinación con quienes toman decisiones, una de las cuales podría ser una nueva Ley de Aguas para Sinaloa.
Finalmente, Enrique Riveros Echeverría, productor agrícola y activista, centró su participación en la necesidad de tener un plan integral para el manejo del agua en la agricultura, en el que se definan costos, financiamiento, evaluación, quiénes participarán, metas, análisis de mercados, vocaciones de las tierras…y todos los elementos que se requieran.
Debe ser un plan, precisó, bien estructurado y completo, que por cierto no será para resolver las cosas de este año, sino que tendrá una visión de largo plazo y que requerirá inversión, trabajo y sacrificios.
Ciencia, conciencia y políticas públicas, resumió, son los tres vehículos necesarios para avanzar en el cuidado del agua.